En Cuernavaca, más de 60 pueblos de Morelos, constituidos en Congreso de Pueblos, acuerdan no participar en las próximas elecciones porque no resuelven los problemas de la mayoría de mexicanos, cancelar el Proyecto Integral Morelos y desconocer y declarar nulas a las reformas privatizadoras de Peña Nieto a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales. El 2 de mayo se realizará una marcha en Cuautla. En la tierra de Zapata, el movimiento se ha extendido y adquirido mayor claridad política.

En Cuernavaca, teniendo como sede al auditorio Emiliano Zapata de la Universidad Autónoma de Morelos, más de 60 pueblos de Morelos se reunieron en Congreso y tomaron importantes acuerdos.

Este evento tiene un alto significado político. Se realiza en el centenario de la Comuna de Morelos, el hecho político más trascendente de la Revolución Mexicana, cuando el Ejército Libertador del Sur liderado por Emiliano Zapata, llevó a la práctica su programa, el Plan de Ayala (modificado) con las armas en la mano, se repartieron las tierras que se cultivaron colectivamente, se expropiaron y nacionalizaron los ingenios azucareros y se decretaron importantes leyes, entre otras, la ley agraria, la ley del trabajo, la ley de enseñanza pública y la ley de los pueblos que suprimía al ejército y lo sustituía por el pueblo en armas.

El Congreso se realizó en las difíciles condiciones de hoy, agravadas por la crisis económica capitalista y las agresiones a la nación de los sucesivos gobiernos en turno. El evento fue preparado con mucha antelación, mediante reuniones y asambleas de pueblos que confluyeron en el Congreso. Este se caracterizó por ser unitario e incluyente y abordó los diversos grandes problemas existentes en la región.

A diferencia de hace un siglo, falta la organización y el programa político de alcance nacional. No obstante, los acuerdos tomados muestran dos importantes aspectos. Uno, el movimiento de pueblos en Morelos se ha extendido. Previamente, el Consejo de Pueblos de Morelos, a partir de los 13 pueblos, había encabezado importantes luchas, específicamente, en defensa del agua y contra la minería transnacional. Ahora, el Consejo forma parte del Congreso y, a este, se han incorporado otros pueblos más.

Segundo, la claridad política sigue avanzando. Uno, los pueblos acordaron apoyar la propuesta de los normalistas de Ayotzinapa, precisando el alcance de la acción. El acuerdo fue boicotear los comicios a nivel nacional no solamente local en el estado de Guerrero. Falta poco tiempo y se necesitan hacer muchas acciones previas pero el Congreso levantó la bandera a todo el país. Lo que vendrá es previsible: ganará el abstencionismo y el Estado promoverá la confrontación. Habrá que eludir un enfrentamiento precipitado o improvisado.

Dos, el Congreso se pronunció con toda firmeza sobre el Proyecto Integral Morelos (PIM), consistente en un gasoducto, un acueducto y dos termoeléctricas. Este era el camino a seguir desde un principio, con la adecuada argumentación. Ahora se retoma sin exaltar al miedo ni argumentar con mentiras, como antes.

Tres, el Congreso se ubicó en el primer plano nacional al acordar desconocer y declarar nulas las reformas del gobierno a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales, referidos a la desnacionalización y privatización de los hidrocarburos (petróleo y gas), la petroquímica, la energía eléctrica y las telecomunicaciones.

Falta desarrollar la estrategia política para lograr cristalizar estos acuerdos. Para ello, habrá que continuar la discusión política. Por el momento, su importancia reside en la claridad y firmeza, sin excluir otros acuerdos necesarios, especialmente, contra la privatización del agua, la tierra, el mar, el viento, la biodiversidad y el espectro radioeléctrico.

Precisamente, el Plan de Ayala del Ejército Libertador del Sur, iniciaba con el desconocimiento de Madero y, posteriormente, de Carranza y toda el ala burguesa de la Revolución. Hoy, al desconocer las reformas neoliberales, el Congreso de Pueblos de Morelos enarbola una importantísima bandera, rebasando a los propios trabajadores que siguen dormitando en brazos del charrismo sindical.

El FTE saluda al Congreso y a los (as) congresistas. El FTE es zapatista y es de clase, con nuestras propias banderas marchamos al lado del Consejo de Pueblos de Morelos. La Revolución Mexicana fue interrumpida violentamente pero no ha terminado. Hoy, somos parte de la nueva insurgencia obrera y popular.

Los integrantes del Congreso de los Pueblos de Morelos acordaron ayer llamar a la población a no participar en las elecciones del 7 de junio porque no resuelven los problemas de la mayoría de los mexicanos; asimismo, anunciaron una acción masiva para el 2 de mayo, a fin de exigir la cancelación del Proyecto Integral Morelos (PIM) y se manifestaron por desconocer las reformas avaladas en los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto (Morelos R., en La Jornada, p.30, 23 abril 2015).

En la reunión, efectuada en el auditorio Emiliano Zapata de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), se acordó buscar la autonomía de los pueblos, organizar a los pueblos en asamblea y mantener el rechazo a los megaproyectos.

El mensaje político de los más de 60 pueblos morelenses llama a respaldar el boicot electoral nacional convocado por los estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero.

Las organizaciones anunciaron una marcha desde la tumba de Emiliano Zapata, en Cuautla, al campamento San Pedro Apatlaco, municipio de Ayala, donde el 19 de marzo pararon las obras del acueducto que llevaría las aguas del río Cuautla a las dos termoeléctricas que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) construye en Huexca.

Los participantes en el congreso desconocieron y declararon nulas las reformas a los artículos constitucionales 25, 27 y 28; las aprobadas en este sexenio mediante el Pacto por México, y la reforma laboral de finales del sexenio pasado.

Exigieron la cancelación del PIM (que incluye las termoeléctricas de Huexca, el gasoducto en Jantetelco y Amilcingo, el acueducto en Ayala, la ampliación de las autopistas en Tepoztlán, la Siglo XXI y el libramiento en Cuernavaca); proyectos mineros e inmobiliarios, entre ellos el del Cerro de la Tortuga.

Participaron el nieto del general Emiliano Zapata, Jorge Zapata González; integrantes de los frentes Unidos en Defensa de Tepoztlán y en Defensa del Agua, Aire y Tierra de Morelos, Puebla y Tlaxcala; representantes de los ejidos de Ayala, el rector de la UAEM, Alejandro Vera; el secretario de Extensión Universitaria, Javier Sicilia; Marisol, hermana de José Luis Luna Torres, uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos; enviados de unos 36 pueblos, y el dirigente del Consejo de los Pueblos de la zona sur poniente, Saúl Roque, que aglutina a más de 60 pueblos morelenses, además de estudiantes universitarios.


Ref.: 2015, elektron 15 (113) 1-2, 23 abril 2015, FTE de México.