Volumen 16, Número 334, abril 30 de 2016
 


Los 43 no fueron incinerados en Cocula



Cayó al suelo la "mentira histórica" del gobierno sobre los 43 normalistas desaparecidos. El gobierno obstruyó y manipuló las averiguaciones y protegió a oficiales. Hubo perfecta coordinación entre policías y criminales. En el basurero de Cocula no hubo ninguna incineración. Confesiones bajo tortura para respaldar la versión oficial. Así lo indicó el GIEI de la CIDH al presentar su informe final sobre el caso Ayotzinapa. El informe es contundente y demoledor. Peña Nieto finge demencia.
El GIEI de la CIDH al presentar su informe sobre Ayotzinapa.
FOTO: C. Rodríguez


Derrumbada la "mentira histórica"

"El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) para el caso Ayotzinapa no halló una sola evidencia para asegurar que en el basurero de Cocula, Guerrero, fueron ejecutados e incinerados los 43 estudiantes de esa normal rural, desaparecidos desde septiembre de 2014. Por el contrario, tras un año y un mes de trabajo confirmó su conclusión –a la que llegó hace siete meses– de que en ese tiradero no existió incineración de estos cuerpos (Olivares E., Román J. A., en La Jornada, 25 abril 2016, p.2).

"Al presentar su informe final sobre el caso –de 608 páginas–, los expertos aseguraron que las autoridades no han seguido líneas de investigación claves, se ha manipulado evidencia, obstruido y rechazado diligencias, protegido a oficiales que habrían participado en la desaparición, y torturado a presuntos sospechosos para obtener confesiones que respalden la versión gubernamental. Subrayaron que el sistema de justicia mexicano sólo investiga y castiga a los autores materiales del delito, pero es omiso con los intelectuales. La investigación a la cadena de mando no existe.

"Con este reporte, los expertos cierran sus trabajos en México (el 30 de abril concluyen su labor), después que el gobierno federal negó prorrogar su mandato. Lamentaron que el principal objetivo del GIEI –la ubicación de los normalistas– no se haya concretado.

"Un elemento clave para las investigaciones, dijeron, era obtener de manera directa el testimonio de los militares que estuvieron presentes en varias de las escenas de los hechos violentos en Iguala, lo cual fue reiteradamente rechazado por la administración de Enrique Peña Nieto.

"Los soldados –señalaron– incluso tuvieron conocimiento de las golpizas y detenciones de los normalistas, pero no tomaron ninguna medida para protegerlos. Otro hecho a destacar es que familiares de los jugadores del equipo Los Avispones solicitaron directamente ayuda al 27 batallón de infantería, donde les contestaron que no podían brindar auxilio porque no es nuestra jurisdicción.

"Los expertos concluyeron que existe certeza de que en el ataque contra los normalistas hubo perfecta coordinación durante más de 10 horas entre diferentes corporaciones policiacas y presuntos integrantes del crimen organizado, con la finalidad de crear un círculo de control que abarcaba hasta 80 kilómetros, para evitar la salida de los autobuses (tomados por los estudiantes) de Iguala.

"En contraparte, diversas policías, entre ellas la federal, habrían dejado pasar el llamado quinto autobús (que de acuerdo con la hipótesis del GIEI es clave para la investigación, ya que podría estar relacionado con el trasiego de estupefacientes de Iguala a Chicago, Estados Unidos). Esta unidad, agregaron, ni siquiera se había incorporado al expediente inicial del caso".

"Los expertos enviados por la CIDH acreditaron actos de tortura contra al menos 17 de los detenidos por el caso, entre ellos los cinco presuntos integrantes de Guerreros unidos que aportaron declaraciones en torno a la incineración de los cuerpos de los 43 en el basurero de Cocula. De las quejas presentadas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por esos tratos, 15 son de los 17 señalados por el GIEI".

El poder en manos de criminales

¿Cómo va a permitir el gobierno que se esclarezcan los hechos si está completamente involucrado en los crímenes?

El informe del GIEI es, a la vez, una severa denuncia. Donde la PGR asegura que los 43 fueron incinerados, el GIEI señala que ni siquiera hubo incendio en ese lugar. Donde el gobierno insiste en la inocencia del ejército, el GIEI indica que los soldados no solo supieron de los hechos, sino que los ocultaron.

Mientras el gobierno culpa solo a los criminales, el GIEI habla de perfecta coordinación de estos con las policías. Evidentemente, no participó solo la policía municipal.

Los dichos de algunos detenidos, que la PGR toma como único sustento para justificar su versión, sin siquiera corroborarlos, el GIEI sostiene que fueron declaraciones obtenidas bajo tortura.

La situación es indignante. Como lo ha dicho el GIEI, el ataque fue masivo e indiscriminado. Lo más grave es la insistencia del gobierno de Peña Nieto para encubrir los crímenes.

¿Por qué ese afán del gobierno? ¿Por qué obstaculiza las investigaciones, inventa historias y obtiene confesiones bajo tortura?

Cinismo de Peña Nieto

Con su característica bipolaridad, Peña Nieto agradeció la información y recomendaciones del GIEI. ¿Está nervioso, se burla o se está delatando? Lo primero no extrañaría, habida cuenta esos políticos están especializados en comer estiércol y reírse al mismo tiempo. Lo segundo, tampoco sería extraño, sabe bien que las recomendaciones no obligan a nadie y poner el informe en manos de la PGR es como tirarlo a la basura.

Hay hipocresía patológica. La decisión para expulsar al GIEI provino de Peña y fue instrumentada por su operador "Chong el autoritario". El objetivo: sustraerse al escrutinio internacional y seguir fomentando la impunidad.

Si no se arrodillan, los matamos

Esta es la política de Peña Nieto, que está al descubierto con sus abominables hechos.

Esto es, en México gobierna una mafia no solamente mentirosa y arrogante sino también perversa y criminal.

Ahora, el GIEI se va y las víctimas se quedan. Verdaderamente, el GIEI hizo un gran trabajo que debe reconocérsele. El resto es tarea de la sociedad debidamente organizada y en lucha. Esto no ha terminado. Pero esclarecer el caso seguirá siendo difícil. Hasta ahora, no obstante, se ha evidenciado a un gobierno bellaco.


Ref.: 2016, elektron 16 (116) 1-2, 26 abril 2016, FTE de México.

¡Cayó la "mentira histórica"!






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