Volumen 14, Número 289, julio 13 de 2014
 


53 años de dictadura familiar



De 1961 a 2001, el charro fue Napoleón Gómez Sada. Después y hasta la fecha, el puesto fue heredado por Napoleón Gómez Urrutia. Hoy el sindicato minero metalúrgico está sumamente fraccionado pero sigue padeciendo a la misma dictadura familiar de más de 5 décadas. Napito nunca ha sido trabajador minero ni metalúrgico, simplemente, heredó el negocio. Ese sindicato no sirve a la clase obrera.


40 años de Napo padre

El sindicato minero-metalúrgico fue fundado en 1934, durante el auge del movimiento sindical en la década de los 1930´s. Proyectado como sindicato nacional de industria jamás evolucionó. Primero se extendió por el país y llegó a agrupar a 200 secciones, cada una co-titular del contrato colectivo de trabajo (CCT). Pero el sindicato, en vez de estructurarse como verdadero sindicato nacional de industria se conformó con funcionar como federación (de gremio) hasta la fecha.

Pasó el 68, la lucha del STERM (1971-72), la Tendencia Democrática del SUTERM (1975-76), la de los universitarios (1977) y nucleares (1977-78) y SNTMMSCRM jamás se pronunció. Siempre en el Congreso del Trabajo (CT), desde que este había sido fundado (1966) y del cual Gómez Sada fue presidente varias veces.

Napo padre fue priísta y, como tal, fiel a los gobiernos en turno. De hecho, formó parte del corporativismo sindical, fue un connotado charro. El sindicato estuvo fuera de la CTM pero siempre ha sido tan charro como los demás.

Represión severa contra sus opositores, despido inmediato de las empresas, suspensión de derechos sindicales por 5, 10 o 20 años, fueron característicos con Napo padre. Así, difícilmente podría organizarse la oposición.

No obstante, durante los 40 años de dictadura sindical de Napo hubo importantes luchas. Estas se caracterizaron por ser locales y ocurrieron cuando había revisión del CCT o elecciones sindicales. En cada sección, las revisiones y/o elecciones se realizan en fechas diferentes. Allí está la clave para la imposición de la dictadura.

Los trabajadores están geográficamente dispersos por todo el país, frecuentemente en zonas de difícil acceso, sujetos a extenuantes jornadas de trabajo y en condiciones precarias. De sus asuntos laborales se ocupan sus “representantes”, los que acuerdan lo que les place. Si había inconformidad venía la represión.

Trabajar y aportar sus cuotas sindicales, es la función asignada por los charros a los mineros, impotentes para cuestionar siquiera a los charros. Al contrario, el aparato de Napo padre se dedicó a promover el culto a la personalidad. Le llaman “destacadísimo” líder siendo un vulgar charro.

Todavía se recuerdan las “comilonas” que cada año les organizaba Napo a los mineros. Muy temprano empezaba a circular el alcohol a discreción, había misa, comida y baile. Al calor de las “chelas” los mineros y sus empobrecidas familias se sentían muy agradecidos, gritaban vivas a Napo y hasta le manifestaban adoración. “Qué popular es don Napo”, decían los medios.

Todo era falso. Con los patrones también había fiestas pero en otro nivel. Todo empezaba por “arreglarse” y lograr pingües incrementos nominales de salario. A veces, las bases se le salían de control a Napo. No había problema, en cuanto terminaban las huelgas eran despedidos los promotores. Todo era muy fácil, simplemente, se contrataba a nuevos trabajadores que hacían largas filas en cada sección.

13 años de Napito

Entre las huelgas más destacadas están la de 1976 en la Siderúrgica Lázaro Cárdenas – Las Truchas (Sicartsa) estallada durante la construcción de la misma. Luego, la de 1979, misma que estalló en fuerte disputa contra Línea de Masas, una corriente promovida desde Monclova por siniestros personeros. La huelga se sostuvo y triunfó pero al término vino la represión.

Dos años antes, en 1977-78 se había producido una importante lucha en la mina La Caridad de Nacozari, Sonora. Los mineros tomaron a la mina y a la población. Los charros de la CTM llamaron en su auxilio al ejército federal, que años antes nos había reprimido a los electricistas del SUTERM. Los soldados quemaron a la pequeña biblioteca de los mineros. Eso enardeció a los compañeros. La respuesta de los trabajadores fue ejemplar. Pero los principales dirigentes fueron detenidos por el ejército, trasladaos al campo militar no. 1 de la ciudad de México y encarcelados. La solidaridad de los nucleares del SUTERM y otras organizaciones logró su libertad.

En 1985, volvió a estallar la huelga en Sicartsa. Esta vez destacaron los estudios sobre medicina del trabajo, realizados por los compañeros metalúrgicos y los nucleares de la época. La huelga volvió a triunfar, Napo no pudo hacer nada de momento pero al término vinieron los despidos. En las Truchas se presentaron varios movimientos de huelga porque en varias ocasiones se ganaron las elecciones locales, así fuera parcialmente, porque Napo siempre cuidó que no hubiera unificación de ningún tipo. En otras secciones también se presentaron luchas, con menor impacto político.

Sindicato heredado

Napo permaneció como líder del sindicato hasta que murió. De inmediato vino la disputa entre los mismos “brazos derecho” del padre. Pero se impuso el hijo, el cual nunca ha sido minero ni metalúrgico. Se llegó a un acuerdo doble de aparato, entre sí y con el gobierno en turno, y Napito heredó el cargo.

Fox nombró a Napito y lo reconoció como secretario general, después lo desconoció. Vino Calderón y volvió a reconocerlo, luego lo desconoció. El problema derivó de un mal manejo de 55 millones de dólares que la empresa minera de Cananea le entrego a Napoleón hijo, luego de su privatización. El dinero debía entregarse entre los trabajadores y no ocurrió así. Vinieron demandas y la acción del Grupo Minero México. Empezó la persecución de Napito sin que los hechos se hayan a aclarado al momento.

Napo se exilió en Canadá, la sede de las transnacionales mineras que operan en México, protegido por la FITIM, integrante de la central sindical del imperialismo (la CSI, antes CIOSL) y pasó a formar parte de la Industrial Global Union.

Desde allá, Napito gobierna al sindicato y es constantemente reelegido. El gobierno mantiene las órdenes de aprehensión pero parece que no actúa. Más aún, por un lado lo persigue y, por otro, lo reconoce siendo un individuo carente de fe.

Entre tanto, el sindicato de Napo esta fracturado en al menos 4 minas, uno de ellos llamado Napoleón Gómez Sada, encabezado por el otrora brazo derecho de ambos, Carlos Pavón, el cual ha ganado ya varios CCT´s.

Ha habido pérdidas importantes, p.e., Nacozari y Cananea, donde el ejército intervino y el CCT se entregó a un sindicato charro de Monterrey Otras huelgas más, como Sombrerete y Taxco, quedaron en el olvido y la inanición.

Lo más significativo: en el sindicato NO hay oposición. La dictadura familiar se sostiene con el aparato de Napito y la complacencia del gobierno. Los trabajadores están secuestrados en su propia organización por un mafioso que los medios llaman “dirigente”.

El sindicato minero metalúrgico es muy importante pero debe ser rescatado por los trabajadores, reorganizado y democratizado. Sobre esa base es fundamental elaborar una Política Mineralúrgica Independiente. El sindicato debe salir de la CIOSL y de Global Union, los mineros mexicanos necesitan una organización de clase.


Ref: 2014, elektron 14 (234) 1-2, 11 julio 2014, FTE de México.





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