Volumen 14, Número 288, junio 20 de 2014
 


Transnacionales no crean empleo: Cepal



La creación de empleo a partir de la inversión extranjera es una ilusión. En la última década las privatizaciones han creado solo 5 de cada 100 empleos formales. Las corporaciones transnacionales son una fuente secundaria en la creación de empleos. En cambio, la transferencia de ganancias a sus matrices es muy elevada.



Privatizaciones: Contratismo, corrupción y fraude


Inversión extranjera 2013

Lo hemos señalado con insistencia. Ahora lo dice la propia CEPAL, entidad con credibilidad en la región. Esto contradice frontalmente al discurso neoliberal.

La creación de empleo a partir de la inversión extranjera directa (IED) –uno de los argumentos esgrimidos por los promotores de la apertura al capital privado en la última década– es más “un mantra” que una realidad. Es la conclusión a la que llegó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), tras analizar una década de flujos de capitales foráneos a la región. Las transnacionales crearon sólo cinco de cada 100 empleos formales, pero en cambio transfieren a sus matrices ganancias en sumas que, con el paso del tiempo, se han convertido en un factor de vulnerabilidad financiera frente al exterior, apuntó el organismo (González R., en La Jornada, p.25, 30 mayo 2014).

“Las empresas trasnacionales son una fuente secundaria de creación de empleo” en la región, consignó el reporte La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2013, publicado este jueves por la Cepal, organismo regional de Naciones Unidas. Durante la década de 1990 fueron más relevantes en los flujos de IED a la región los procesos de privatización de empresas públicas, las fusiones y adquisiciones, planteó el documento. En ese periodo, la mayor parte de la inversión foránea no creó capacidades productivas que fomentaran la expansión del empleo, sino que estuvo ligada a reestructuración de empresas, que se tradujo en racionalización y despido de mano de obra.

De 2003 a 2013, añade el informe, seis de cada diez dólares de IED que llegaron a la región se concentraron en la instalación de nuevas plantas. Sin embargo, añadió, esas inversiones extranjeras sólo generaron 5 por ciento de los empleos netos en la región en ese lapso de diez años, añadió.

Un mantra la inversión extranjera

“Se ha hecho un mantra decir que la IED es importante porque va a crear empleo y va a hacer partícipe a la población de los frutos del crecimiento”, comentó la mexicana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, durante la presentación del informe. “En la última década, el aporte de la inversión extranjera directa al empleo fue secundaria y no toda esa inversión creó empleos”, dijo. De cada 100 empleos nuevos creados en la región en los últimos diez años, sólo 5 fueron generados en proyectos en que la IED estuvo involucrada.

En la última década, la inversión extranjera directa en la región se ha multiplicado por cuatro veces, pero es necesario hacer una reflexión sobre los efectos de esos flujos de capital, propuso Bárcena.

El inventario de IED en América Latina y el Caribe, es decir, los flujos acumulados entre 2000 y 2013 alcanza dos billones (millones de millones) de dólares, una cantidad superior al valor de la economía mexicana, que es de 1.6 billones de dólares, de acuerdo con datos aportados ayer por la Cepal.

La renta obtenida por las trasnacionales que invirtieron en la región ha ido en aumento, de la mano del mayor inventario de esos recursos acumulados en Latinoamérica. Según la Cepal, en 2000, cuando la IED en la región sumaba 400 mil millones de dólares, las empresas obtuvieron una renta por 20 mil millones de dólares. El año pasado, la renta extraída por las trasnacionales sumó 111 mil millones de dólares, de acuerdo con el organismo.

En 2013, la inversión extranjera directa a la región alcanzó 184 mil 920 millones de dólares, 5 por ciento más que en 2012. Brasil, con 63 mil millones; y México, con 38 mil millones de dólares, fueron los principales receptores en la región. En el último caso, sin embargo, la cifra incluye una operación de única vez que elevó el saldo, que fue la venta de la Cervecería Modelo a la firma Anheuser-Busch InBev por 20 mil 100 millones de dólares.

Discurso político opuesto

Los gobiernos neoliberales fanáticos, como el de Peña Nieto, dicen lo contrario de la Cepal. Para Peña y Videgaray, la inversión extranjera es un fetiche que con solo invocarlo creará miles, cientos de miles de empleos, contribuyendo al crecimiento económico.

En la discusión actual de la reforma energética que constitucionalmente desnacionalizó a las industrias petrolera y eléctrica, Peña insiste en que se crearán 500 mil empleos durante su sexenio y que el crecimiento económico será equivalente al 1% del PIB.

El FTE de México ha señalado que la cantidad de empleos esperados son pocos y que el crecimiento sería magro. SIN privatización, la contribución de Pemex al PIB ha sido siempre mucho mayor, del orden del 7% o más. El FTE ha dicho que las privatizaciones no contribuyen al crecimiento económico ni al desarrollo social y la generación de empleos es marginal y precaria.

¿Qué es lo que determina en esta discusión? ¡Los hechos! Estos muestran que las transnacionales no crean empleos porque no está en su interés, tampoco contribuyen al crecimiento económico porque no es su objetivo y menos al desarrollo social.

Las inversiones extranjeras representan los gastos, principalmente, en infraestructura industrial y materias primas, que las corporaciones efectúan para la realización de los procesos de trabajo. Esos gastos son recuperables, de allí lo atractivo del negocio. Si no fuera así no habría negocio. Asociado a este siempre existe un margen de ganancia que las corporaciones obtienen. Se trata del trabajo no pagado del cual se apropian.

Que ahora sea la Cepal la que confirme que la inversión extranjera de las transnacionales es una ilusión, “mantra” le llama, resulta relevante. La creación del 5% de los empleos en una década es verdaderamente insultante. A cambio, las corporaciones realizan un verdadero arrasamiento financiero, al saquear a las naciones donde operan, trasladando cuantiosas ganancias a sus matrices sin aportar nada al desarrollo nacional.


Ref: 2014, elektron 14 (205) 1-2, 18 junio 2014, FTE de México.





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